Mucho se habla en los últimos meses de los atisbos que parecen indicar una recuperación para el final de año y principalmente para el primer trimestre de 2014 en lo que a los créditos personales se refiere. Sin embargo, estas previsiones relativamente optimistas que se desprenden de grandes cifras e intenciones, no terminan de cuadrar con unos datos que, desde luego, pitan un panorama crediticio muy diferente.
El primer dato obligado es acercarse a la tasa de morosidad, que según la entidad bancaria central de nuestro país, volvió al cierre del primer semestre del año a marcar máximos históricos, colocándose prácticamente en el 12% (concretamente del 11,97%)
En el análisis de este dato debemos tener en cuenta que se vienen a batir los que hasta ahora eran los dos picos históricos de mayor tasa de morosidad en los últimos años, uno de ellos en el pasado mes de junio donde dicha tasa se situaban el 11,63% y el anterior situado en el mes de noviembre del pasado año 2012 donde la tasa de morosidad se colocaba en el 11,38%.
En importes el volumen total de crédito dudoso alcanzaría en el mes de julio los 178.663 millones de euros, lo que vendría a suponer más de 2000 millones de aumento con respecto al mes de junio, que, recordemos, ya había marcado un máximo histórico.
Y esto viene a ocurrir cuando se sigue reduciendo el volumen de concesión de crédito, ya que en el mes de julio el crédito concedido por las entidades financieras de nuestro país se reducía en 27.000 millones de euros con respecto al mes anterior, quedando fijado en 1.492.000 millones, pero, más aún, esta reducción significaría en datos interanuales un retroceso con respecto al mes de julio del año 2012 de cerca de 225.000 millones de euros.
Es decir, un panorama comunicábamos en el título del artículo en el que disminuye el crédito (más aún) y aumenta la morosidad, que además, en proyección según todos los indicios, puede llegar al cierre del presente año al entorno del 14%.
